Hace 4 años | Por doctoragridulce a elpais.com
Publicado hace 4 años por doctoragridulce a elpais.com

Por fuera parecía una vivienda unifamiliar más. Ubicada en un barrio de las afueras de Onda (Castellón), un municipio de 24.859 habitantes famoso por sus azulejos y por estar sembrado de naranjos, la casa tenía dos partes. En una, malvivían 25 personas esclavizadas. Ocupaban tres habitaciones con literas cuyas camas llegaban a compartir dos y tres personas; dependían de un frigorífico estropeado, donde guardaban la poca comida con la que contaban y de una pequeña hornilla oxidada para cocinar.

Comentarios

h

Ocultar a los esclavos es posible en algunos casos y no lo es en otros.

Es facil si los tienes encerrados en un taller de costura, donde nadie los ve.

Más difícil es en el trabajo en el campo, que es posble si se está aislado pero siempre puede que alguien lo vea.

Es imposible en cosas como la prostitución donde es necesario que los clientes te puedan encontrar.