Hace justo once años y una semana, el 2 de marzo de 2008, a Ángeles Zurera se la tragó la tierra. Alguien la "desapareció" y dejó un rastro tan difuso, tan vaporoso, que ni los mejores investigadores han logrado olfatearlo. Ángeles está muerta, de eso no hay duda. Lo cree la Guardia Civil, sus hijos, su hermano Antonio y hasta el juez instructor que incluso apuntó a un nombre en su día. Sin embargo, a pesar de los indicios que hay contra ese individuo, jamás se cerró el círculo y por tanto no se ha sentado en el banquillo.
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