Jacinda Ardern y Nicola Sturgeon son de una pasta muy distinta que Margaret Thatcher, Theresa May, LizTruss o Edith Cresson. Todas ellas fueron jefes de gobierno y todas, bien aferradas al poder, fueron obligadas a dimitir. Y son diferentes de una Angela Merkel que había anunciado con mucha antelación su retirada al final de su mandato. También, y sobre todo, los tiempos son otros y muy distintos. La política nunca había estado tan polarizada.
Si nos ponemos en el caso de la LizTruss, no tiene nada que ver con que fuera mujer. Lo que era es una loca, y se la habría sacado incluso antes si hubiera sido un varón.
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Si nos ponemos en el caso de la LizTruss, no tiene nada que ver con que fuera mujer. Lo que era es una loca, y se la habría sacado incluso antes si hubiera sido un varón.