El relato de Edgar Jané y Mayulay Villegas es una mezcla de indignación y pena infinita. Indignación porque están convencidos de que su hija de solo 23 meses no recibió la atención médica adecuada. Y de pena porque, después de tres días consecutivos yendo a urgencias del Hospital San Juan de Reus y diagnosticar que la pequeña solo tenía algo pasajero sin importancia, la niña acabará muriendo.
Lo siento por los padres pero estan iniciando una caza de brujas.
Las convulsiones febriles aisladas no precisan más que tratamiento antipiretico, en cuanto a en un primer momento avisar a contactos porque una niña tiene en principio una diarrea infecciosa como las hay a miles pues tampoco.
Comentarios
Uf... se me ha puesto la piel de gallina.
Lo siento por los padres pero estan iniciando una caza de brujas.
Las convulsiones febriles aisladas no precisan más que tratamiento antipiretico, en cuanto a en un primer momento avisar a contactos porque una niña tiene en principio una diarrea infecciosa como las hay a miles pues tampoco.
Ningún padre debería ver morir a sus hijos.