Elisabeth se contagió de COVID-19 justo al comienzo de la primera ola, pero fue cinco meses más tarde cuando empezó a ser consciente de que podía estar sufriendo lo que ahora se conoce como “niebla mental”, una secuela neurológica de la enfermedad que condiciona su vida de forma "aterradora". No solo se siente desorientada y aturdida a lo largo de todo el día sino que además se le "desvanecen" los recuerdos y le cuesta seguir el hilo de cualquier conversación porque, sencillamente, no le salen las palabras.
Comentarios
¡Es cierto! He aquí una persona de la que se sabe que ha pasado la enfermedad y que le pasó en directo:
niebla mental no era el perro del abuelo de jeidi?
el de que 'abuelito, abuelito que sube clara"?