Cientos de millas al norte de Kinshasa está el pueblo de Gemena. La mayoría de sus habitantes vive de la agricultura o la pesca; otros son carpinteros o tenderos. Ahí vive Abdula Libenge, un sastre de 34 años que es el padre de una de las cuatro familias de la zona que en mayo de 2015 enviaron a un niño a Kinshasa para lo que creían era un campamento de verano. Sus hijos nunca volvieron. Y sin acceso a representación legal o asistencia de las autoridades locales, los padres hicieron lo único que podían hacer: esperar.
Comentarios
#3 exacto
Que lo publicaran ayer no significa que sea de Actualidad.
#Recauchutado de verano.
#1 Además parece redactado por un mono hasta las orejas de absenta.
#2 Como el de tu cuadro...