Publicado hace 5 años por Abel_Ros_3 a elrincondelacritica.com

Hace tiempo, conocí a Gabriel, un tipo que frecuentaba El Capri los sábados a deshoras. Después de hablar, largo y tendido, de Rajoy y de otras frivolidades, me confesó que había sido cura en las tripas de Alicante. Hoy, tras conocer la "cumbre de los obispos", me he acordado de él. Y me he acordado de él, queridísimos ateos, porque desde aquella conversación tuve repugnancia hacia los curas.

Comentarios

sofazen

Dice repugnancia el artículo?

D

Lo que no acabo de entender es porqué la justicia no actúa de oficio, es increíble.
Que todos sabíamos que el tío que salía gay se metía a cura para pasar desapercibido, pero una cosa es que el gay se meta a cura y otra es el depravado que se mete a cura y encima es maricón guarro, pero que algo sabrán hacer bien para que sus jefes les protejan, ni lo sé ni me importa, pero mucho me temo que ese virus en la iglesia es endémico.