Imaginemos que, tras conocer la noticia del enésimo episodio de violencia de género, tras hacerse pública la ejecución de un condenado a muerte o tras difundirse la información de una estafa que hubiera arrojado a la absoluta pobreza a centenares de ancianos jubilados, un político, preguntado por su opinión al respecto, respondiera afirmando cosas tales como "a mí no me gusta que se agreda a nadie", "a mí no me gusta que se acabe con la vida de ningún ser humano" o "a mí no me gusta que una persona se quede con el dinero de otros"
Comentarios
La exigencia de un entorno de debate serio, educado, correcto y veraz debería partir de quién lo organiza (*), no debería nadie tener que plantarse e irse porque otro le hace bullying.
(*)En realidad tendría que exigirlo quien lo ve, pero tanta tertulia a lo salvame, hace que ya todo valga.