El 13 de abril, la secretaria del Tesoro estadounidense afirmó que el deterioro económico mundial se debía a la guerra en Ucrania. Esto es objetivamente incorrecto. Antes de la guerra en Ucrania, la inflación estadounidense ya se había triplicado en los últimos años, pasando del 2,5% (enero de 2020) al 7,5% (enero de 2022), antes de acelerarse aún más hasta el 8,5% (marzo de 2022) tras el estallido de la guerra. "Esta no es la inflación de Putin", señaló el consejo editorial del Wall Street Journal. "Esta inflación está hecha en Washington".
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En otras palabras, si alguien cree que este es el aumento de precios debido a la guerra de Ucrania se va a quedar sin palabras a finales de junio.