Mal asunto cuando una empresa intermedia para pedirte un préstamo para un servicio a largo plazo, en lugar de cobrarte directamente a ti esos plazos.
El negocio está en la comisión de los préstamos. Igual que los malnacidos de los confesionarios de coches, que por cojones te imponen que pidas un préstamo aún cuando tengas dinero para comprarlo sin financiar. Malditos hijos de puta.
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Mal asunto cuando una empresa intermedia para pedirte un préstamo para un servicio a largo plazo, en lugar de cobrarte directamente a ti esos plazos.
El negocio está en la comisión de los préstamos. Igual que los malnacidos de los confesionarios de coches, que por cojones te imponen que pidas un préstamo aún cuando tengas dinero para comprarlo sin financiar.
Malditos hijos de puta.