La propietaria del establecimiento agradece el gesto a través de las redes sociales y quiere colocar el dinero y el escrito junto a la caja como símbolo de la honestidad de unos clientes a los que le gustaría conocer.
#1 Si tío, tanto machismo intrínseco en tan pocas palabras. Como siempre asumiendo que es la madre la que se preocupa de los niños en casa, como siempre presuponiendo que es ella la que gestiona la economía familiar y "la que manda" en casa.
Pero bueno, la librera puede que sea una persona mayor y se haya criado en otra generación, tampoco podemos darle más importancia de la que tiene.
Una notita en una bolsita de plástico como esa me encontré una lluviosa noche en Munich enganchada en el parabrisas.
Era un multa por mal estacionamiento
Una vez nos fuimos unos amigos sin pagar del bar, porque se nos olvidó. Volvimos un par de horas más tarde a pagar. El dueño se sorprendió tanto que nos invitó y no pagamos. Así consiguió unos clientes fieles durante muchos años. Y siempre nos hacía la broma de "ojo con estos, que se van sin pagar"
Comentarios
"La madre (porque la letra es de mujer)...
#1 justo justo justo lo mismo he pensado yo
#1 y si fuera inteligible todos sabríamos que es médico o Rajoy.
#3 no, eso sería ininteligible, y sí, a mi me ha pasado también alguna vez con el joio palabro
#5 mucho me pides siendo disléxico.
#1 Si tío, tanto machismo intrínseco en tan pocas palabras. Como siempre asumiendo que es la madre la que se preocupa de los niños en casa, como siempre presuponiendo que es ella la que gestiona la economía familiar y "la que manda" en casa.
Pero bueno, la librera puede que sea una persona mayor y se haya criado en otra generación, tampoco podemos darle más importancia de la que tiene.
Una notita en una bolsita de plástico como esa me encontré una lluviosa noche en Munich enganchada en el parabrisas.
Era un multa por mal estacionamiento
#6 Mejor no digo para que uso yo esas bolsitas
Una vez nos fuimos unos amigos sin pagar del bar, porque se nos olvidó. Volvimos un par de horas más tarde a pagar. El dueño se sorprendió tanto que nos invitó y no pagamos. Así consiguió unos clientes fieles durante muchos años. Y siempre nos hacía la broma de "ojo con estos, que se van sin pagar"