Ya tuvo lugar en Francia la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Y yo, cómo no, estuve prestando las últimas semanas atención a todas aquellas claves en las que resultaba útil el marco de análisis de la Nueva Guerra Fría. La verdad es que cuando planteé aquí el concepto en septiembre de 2014 unos de sus aspectos más cuestionables fue la dimensión ideológica. Era una debilidad crucial del concepto. Sin ideología, la Nueva Guerra Fría se quedaba en mera rivalidad geopolítica entre Occidente y Rusia.
Comentarios
La respuesta de Rusia tiene sentido. Hasta ahora ellos han sido los que han sufrido el acoso y cerco de la OTAN y EEUU. El intento de desequilibrar el status quo tras la caída del muro no podía salir gratis y estas son las consecuencias.
Respecto a lo de conspiranoias y fantasías anti-sionistas me temo que no son precisamente fantasías. Cualquiera que haya estudiado un poco como funciona la banca a nivel mundial y cómo se crea el dinero sabe perfectamente que de conspiranoias hay poco.
Ahora toca China, a través de Corea del Norte. Sólo los ciegos no ven quién ve amenazada su economía y poderio y está dando golpes al avispero.
#1 Pues viendo como ha salido lo de Trump no sé yo qué tal podría salir lo de Le Pen. Pero es que anda que la alternativa... es casi un calco del escenario de EEUU.
Está el patio muy muy revuelto y sobre la mencionada nueva guerra fría no creo que pueda ser una noción correcta porque los bloques pueden desdibujarse de un momento a otro, no hay lazos firmes ni intereses comunes lo suficientemente claros salvo algunas excepciones. De ahí que vayamos más a un escenario multipolar donde cada uno de los grandes actores tienen intereses comunes y contrarios a los otros, habrá que ver cuáles prevalecen en cada caso. Ojalá fuera un escenario tan "simple" como la guerra fría.