Hace 5 años | Por doctoragridulce a eldiario.es
Publicado hace 5 años por doctoragridulce a eldiario.es

"Tengo que tomar una pastilla diaria por un problema cardíaco y si no lo hago podría sufrir un infarto cerebral". Marcelo, un jubilado de 70 años, es una de las aproximadamente dos millones de personas que en España toman diariamente alguno de los anticoagulantes que hay en el mercado. Entre ellos destacan los conocidos como anticoagulantes de acción directa, unos fármacos que se consideran seguros, pero que hasta hace poco no disponían de un antídoto en caso que se produjera una hemorragia grave.

Comentarios

Mateila

Para que se comprenda mejor la situación, comento, porque el tono del artículo me parece tendencioso, sensacionalista y da a entender que se ha ofrecido a los usuarios fármacos perjudiciales.

Los nuevos anticoagulantes (que ya no son nuevos, y se prefieren llamar anticoagulantes de acción directa: ACODs) vienen a sustituir a los vetustos anticoagulantes que funcionaban como antagonistas de la vitamina K (que es esencial para la producción de factores de la coagulación), que en nuestro medio es el Sintrom (Acenocumarol) y en países anglosajones sobre todo la Warfarina. Los viejos son efectivamente venenos metabólicos: mirad la composición del matarratas.

Los antiguos anticoagulantes si tienen antídoto: la propia vitamina K en megadosis, pero no es un antídoto de efecto inmediato, sino que tarda horas hasta que el organismo es capaz de producir nuevos factores de coagulación, así que no es eficaz para tratar hemorragias amenazantes.

Además, los antiguos tienen un margen terapéutico (la franja entre la dosis mínima eficaz y la tóxica) muy estrecho, y un metabolismo muy variable que hace que haya que ajustar la dosis mensualmente, con suerte. De hecho, de 100 pacientes tratados con Sintrom, en un momento dado habrá 1/3 dentro del rango terapéutico, pero 1/3 estará sobre y 1/3 infradosificado. Así que el éxito del tratamiento radica en que el paciente permanezca el mayor tiempo posible en rango, pero es virtualmente imposible que esté bien tratado el 100% del tiempo.

Los nuevos tienen un metabolismo altamente estable lo que permite estandarizar las dosis y los efectos entre individuos. Por eso mismo, al estar los pacientes siempre correctamente tratados, tienen una eficacia mucho mayor para prevenir eventos cardioembólicos y la enfermedad tromboembólica venosa. También tienen mejor índice de efectos adversos, especialmente de hemorragias intracraneales.

Y respecto al antídoto, para la ACODs sí disponemos actualmente de antídotos de efecto inmediato. Antes no, pero los protocolos para hemorragia potencialmente letal que se aplicaban para los viejos eran válidos para los nuevos.

Entonces ¿por qué esta noticia y por qué pagan las empresas farmacéuticas? ¿Por qué no se demanda a los fabricantes de los antiguos anticoagulantes, si tienen más efectos adversos? A mi entender, por una judicialización de la medicina y por aprovechar tecnicismos legales para obtener recompensas millonarias en los juzgados. Y las empresas pagan en acuerdos extrajudiciales porque no se quieren arriesgar a que fármacos que cuestan miles de millones en desarrollo, y que tienen un periodo de exclusividad por patente de pocos años, se queden secuestrados pendientes de resoluciones judiciales: y los abogados lo saben. Porque nadie va a demandar a los fabricantes de Acenocumarol, que es un fármaco que cuesta menos que el Paracetamol, porque simplemente no hay de donde pillar. ¿O acaso todos los usuarios de Acenocumarol comprenden perfectamente que pueden sufrir una hemorragia letal y lo toman con perfecta conciencia del riesgo?: No, casi nadie.