La nadadora australiana afrontó en solitario y sin asistencia cerca de 127 kilómetros entre las islas de Eleuthera y Nassau para batir un récord mundial. Su aventura se prolongó durante 42 horas y en las últimas 13 recibió numerosas picaduras de entre 10 y 12 medusas en brazos, piernas, hombros y axilas.