Octavo día de huelga de transportistas. Ya la paciencia de los paulistas se termina y comienza la desesperación. La espera para llenar el tanque del auto, en las escasas estaciones de servicio que todavía tienen estoque de naftas, no baja de las cinco horas. Y el transporte público se redujo en 30 por ciento. “La ciudad está vacía”, contó Elaine Nascimento a esta corresponsal. Ella vino de Arujá, una ciudad del conurbano paulistano.
|
etiquetas: paro , brasil , paciencia , camioneros , gasolina , desesperación , transpor