El mar no estaba tranquilo, pero tampoco furioso. Sencillamente, alguien no había hecho bien su trabajo al asegurar la carga. Entre palabrotas y blasfemias, el ruso que graba se queja de los imbéciles que inspeccionaron los amarres. Al final se lo toma con humor y, mientras sujeta estoico la cámara, anima a los últimos tubos a rodar hasta el mar. Los chapuzones son espectaculares.
|
etiquetas: tubos , ruso , carga , 15000 , asegurado , barco