El odio se ha convertido en la moneda de cambio corriente de las transacciones políticas. Empezamos a acostumbrarnos a recibirlo en nuestros debates. ¿Por qué? Los grupos que discuten parecen haber perdido el sentido de pertenencia a una misma sociedad y se dividen de manera visceral en torno a identidades pequeñas. Independentistas contra constitucionalistas, mujeres contra hombres, izquierdistas contra conservadores, laicos contra religiosos.
Comentarios
Hombres contra el feminismo. No mujeres contra hombres.
La etiquetas que has puesto son muy sensacionalistas #0
Es la naturaleza de los monos pelados.
Mas alla de unas decenas de individuos, no se puede tener empatia por nadie mas.