Hace 8 años | Por Maki_ a fotlipou.com
Publicado hace 8 años por Maki_ a fotlipou.com

Alberto Fernández Díaz marcha ofendido por un poema. Qué cosas, coño! A mí, en cambio, me ofende la corrupción sistemática y obscena del PP (qué hace falta para ilegalizar un partido?); el silencio de Rita Barberà cuando su cuñado dice que “le metería un saco de hostias a su mujer”; me ofende el cuñado, la mujer y Rita. Me ofende la dimisión patética de Esperanza Aguirre y su presunta inocencia; que Rajoy no salga del plasma y que el rey sea otro heredero de Franco... Traduccion en #1

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Maki_

Alberto Fernández Díaz marcha ofendido por un poema. Qué cosas, coño!

A mí, en cambio, me ofende la corrupción sistemática y obscena del PP (qué hace falta para ilegalizar un partido?); el silencio de Rita Barberà cuando su cuñado dice que “le metería un saco de hostias a su mujer”; me ofende el cuñado, la mujer y Rita. Me ofende la dimisión patética de Esperanza Aguirre y su presunta inocencia; que Rajoy no salga del plasma y que el rey sea otro heredero de Franco. Me ofende el sistema monárquico y que se hable del dictador como si no hubiera llevado el país a una guerra espantosa y a 40 años de mierda. Me ofende que Alberto marche del Ayuntamiento de mi ciudad sin cumplir con sus obligaciones y que Jorge, acompañado de su ángel de la guarda, cite el código penal y hable de “delito de blasfemia”. Me ofende no sentirlos escandalizados, indignados, encendidos, sobre los abusos de los *maristes. Me ofende no sentirlos decir absolutamente nada sobre esto y que todavía se crean que pueden opinar sobre el que podemos hacer las mujeres con nuestro cuerpo.

Coño, que me ofenden mucho!

Me ofende el tratamiento de leprosos que Europa da a los refugiados, me ofende la prepotencia de la Rusia de Putin, la violencia de México y el olvido del norte de Nigeria. Me ofende que el Vaticano expulse un cura homosexual que mantiene relaciones sexuales con su pareja adulta y en cambio mantenga los pederastas a su reino. Me ofende la moral católica apostólica que nos ha vestido de culpa y me ofende que para hacer bromas sobre el Islam te juegues la vida. Me ofende que una corbata todavía esté bien vista y una camiseta se relacione con la ducha. Me ofende que los bancos se hayan salido con la suya y que una nueva crisis vuelva a amenazarnos todavía con más bastante que el anterior. Me ofende tener que sacarme los zapatos por ley.

Me ofende una bombona de butano en el balcón, coño!

No me ofende la poesía, ni que sea mala como Madre Nuestra (Dolors Miquel, gracias muchas); no me ofenden los títeres, ni que tengan poca gracia. Me repugna, en cambio, asistir al regreso de la Edad Media y convivir con personas que tienen preparadas las hogueras encendidas para quemar brujas y herejes. Personas que se han construido sus castillos con nuestros impuestos. Me ofende la ofensa permanente de los que marchan los sitios ofendidos.

Coño, coño, coño.