Los 200.000 hombres y mujeres asesinados en ambas retaguardias, no murieron solos. Alguien tuvo que asesinarlos. Y muchos nietos que hoy recuerdan con orgullo o dolor a sus abuelos como luchadores de una u otra causa, ignoran que no todos fueron héroes de trinchera o víctimas inocentes.
Comentarios
#0, a veces la verdad duele y nos hace repetir viejas conductas, supongo que por eso el fusilamiento del envío.