“El 7 de mayo de 1978, Manuel Vital, un conductor de Transportes de Barcelona y líder sindicalista, en su doble condición de vecino de una zona olvidada, secuestró un autobús articulado de la línea 47 para demostrar que el transporte público que reclamaba Torre Baró podía llegar a través del único acceso que tenía el barrio." En efecto, desde finales de la década de 1960, el vecindario de Torre Baró solicitaba disponer de líneas de autobús que permitieran salir del barrio y enlazar con otros servicios de transporte.
Comentarios
Excelente artículo que refleja muy bien lo que era la lucha vecinal en aquellos años del tardofranquismo y la transisción.
Solo le pongo un pero, el barrio no se llama "Guinaueta" como pone dos veces en el artículo, es la "Guineueta, no costaba tanto comprobarlo.
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Guineueta
#3 Quizá le dieron el nombre del barrio de viva voz y es sabido que en catalán de Barcelona existe una tendencia a pronunciar las "e" como "a". Como mismamente "Terrassa", que pronuncian "Tarrassa"
Yo he oído muchas veces decir "guinau" aunque se escriba "guineu"
A mí lo que más me ha chocado es este párrafo:
Los emigrantes extremeños de los años sesenta huían del hambre y, al mismo tiempo, de la asfixia moral del cortijo. Del capataz escogiendo a los jornaleros, tú sí y tú no. Víctor Chamorro afirma en Historia de Extremadura: "Es una emigración anárquica, espasmódica, que ha soportado abundantes definiciones: diáspora, desangre, hemorragia. Pero se trata de un genocidio programado desde despachos tecnócratas. Porque es genocidio ir acabando lentamente con todo un pueblo utilizando el arma de la emigración, el arma del expolio". John Berger apuntaba que el siglo XX, "con toda su riqueza, con todos sus sistemas de comunicación, ha sido el siglo del destierro generalizado”. Y señalaba con agudeza las duras secuelas del desarraigo: “La emigración no sólo implica dejar atrás, cruzar océanos, vivir entre extranjeros, sino también destruir el significado propio del mundo y, en último término, abandonarse a la irrealidad del absurdo".
Porque como corolario podría haber añadido que estos extremeños (y andaluces, y manchegos) en los años del procés fueron llamados "colonos" por los separatistas. Vamos, que encima de cornudo, apaleado.
#4 Es que eran los que venían de fuera a quitar trabajos, hacer bajar salarios y encarecer los alquileres. Lo que siempre dicen los "fachas" (tanto da que sean nacionalistas vascos, catalanes o españoles).
Además desde el poder local se fomentó el nacionalismo para dividir a los obreros y enfrentar a locales con inmigrantes.
Cuando mis padres emigraron hacía la España industrializada se encontraron un problema muy serio de vivienda. Racismo no sintieron pues de donde procedían los trataban peor. Si notaron racismo mis hermanos mayores que fueron muy pequeños y sufrieron discriminación en la escuela por ser "maketos" como los llamaban en el País Vasco. En Cataluña se les llamaba "charnegos". Lo de colonos no lo había oído nunca y no tiene mucho sentido pues en un régimen colonial los colonos son los dueños de la tierra y el poder.
#6 Siempre ha habido esa forma de reaccionar por parte de la población ante la llegada de gente de fuera, aunque en casi todos los casos esa "gente de fuera" hacía falta, porque venían a hacer los trabajos que no querían los locales. En ese aspecto se sigue igual, porque los inmigrantes africanos y sudamericanos generalmente se emplean en trabajos duros o desagradables y mal pagados que no quieren los de aquí. Y lo penoso es que algunos de aquellos extremeños, andaluces, etc. y sus hijos ahora tienen las mismas actitudes con los que llegan de fuera.
En Cataluña ha ido por épocas. En los tiempos en que se construía el metro de Barcelona hubo mucha inmigración procedente de Murcia, y se dio en llamar "murcianos" con sentido peyorativo a todos los inmigrantes. Después se les llamó "charnegos", como bien dices. Lo de "colons" es relativamente reciente, ya que una de las "teorías" inculcadas a los independentistas es que toda la inmigración de los años 50, 60 y 70, toda esa gente andaluza, manchega, extremeña, vino a Cataluña propiciada por el régimen franquista, supuestamente para que la sociedad catalana se "castellanizara" y se acabara con la lengua y la cultura catalanas. En línea con la teoría de la "gran sustitución" que divulgan ahora los nuevos fascistas.
De ahí que me parezca triste que toda esta gente que se ve obligada a alejarse de su lugar de nacimiento y renunciar a sus raíces en busca de una vida mejor, encima sea denostada e insultada por los "anfitriones"
Pero no fue el primero en hacerlo.
Otros conductores ya habían hecho lo mismo en otros barrios de Barcelona y también con éxito, por eso él se animó a hacerlo. Con dos...
El artículo es muy bueno.
Hay que leerlo.