Por otro lado, un país europeo y “progresista” se dispone a interceder en los malvados planes de la monarquía saudí. Pero por desgracia se entromete la realidad. Una realidad que supura cobardía, egoísmo e hipocresía. Una realidad que permite diluir las responsabilidades en una larga cadena de decisiones y que deja como único culpable a quien finalmente accionará esas armas. "La responsabilidad que tiene este Gobierno llega hasta nuestras fronteras; lo que puedan hacer terceros países no es responsabilidad de este Gobierno" dice el Presidente..
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