Consiguieron sobrevivir porque fueron rescatadas por una patrulla costera que las trasladó a un campamento de refugiados en Sicilia. Allí contactaron telefónicamente con Juliet Ekomwen, una de las acusadas y la mujer que les había ofrecido ir a Europa. Se desplazaron a Palermo y de ahí a Nápoles. Juliet viajó con ellas a Oslo donde fueron obligadas a prostituirse en las inmediaciones de la estación de tren de la ciudad todos los días entre las nuevde la noche y las cinco de la madrugada. Debían entregarle todo el dinero recaudado.
Comentarios
Hay muchas españolas de putas por toda europa y naide dice nada.
Por fin liberaron Libia, como mola...