Durante los últimos cuatro años, el señor que se presentaba a todo el mundo como cónsul ha vivido en este céntrico barrio de Madrid, cerca del poder y la toma de decisiones de la nación. En este tiempo alquiló tres apartamentos y dos locales comerciales a caseros satisfechos por firmar un contrato de arrendamiento, con todas las inseguridades que eso conlleva, con el representante de un Gobierno. Una nómina segura a fin de mes. Sus modales exquisitos agradaban de primeras. Era cortés y respetuoso, con un deje aristocrático.
Comentarios
Qué personaje tan repelente.
¿Se hacía pasar por representante del gobierno de Venezuela y se daba abrazos y besos con Cifuentes, la que colgó carteles del golpista Leopoldo López, enemigo del gobierno venezolanao, en la puerta del Sol?