En las semanas siguientes, cada uno de los fotógrafos que estaban en el muro esa noche se vieron obligados a realizar pruebas secundarias por parte de funcionarios de EE. UU. y extranjeros al tratar de cruzar fronteras en diversos países. En un caso, a un reportero gráfico se le prohibió volver a entrar en México. Durante el interrogatorio, un funcionario de EE. UU. más tarde indicó que sabía sobre el asunto del muro. En otro caso, un periodista fotográfico fue llevado a una sala privada en un puerto de entrada de los Estados Unidos