Tres vecinos del municipio madrileño de Alcorcón se enfrentan a tres años y medio de cárcel por impedir el desahucio de una madre soltera y su hijo de cuatro años. Los encausados defienden que en ningún momento hubo violencia ni hacia la policía ni hacia los miembros de la empresa de desokupación, que se personan en el juicio como testigos favorables a la acusación bajo el pseudónimo de “cerrajeros”, pese que en el momento de la carga los acusados aseguran que ya no se encontraban en el lugar.
Comentarios
Tres años y medio sin que en ningún momento hubiese violencia ni hacia la policía ni hacia los miembros de la empresa de desokupación.
Luego que si los
fascistasnostálgicos hacen chiquilladas por putodefender España.Que sigan diluyendo las fronteras entre resistencia activa y pasiva, va a provocar que a la gente se la sude todo, porque, total, si va a ser juzgado con la misma dureza se defiendan o no, conseguirá antes o después que la resistencia pasiva se convierta en violencia, entonces vendrán los lamentos y los ¿qué ha podido pasar?
#2 Quizás te estás precipitando en tus conclusiones. Aún no sabemos si iban rapeando o llevaban marionetas, que estos rogelios son capaces de todo, lo mismo había hasta alguno de estos del norte que hablan raro.
#2 mira lo del tsunami, detener el tráfico: terrorismo con violencia y asesinato.
Después de que cuele eso, y a muchos les ha colado, ya pueden colarlo todo.
La defensa presenta como prueba un vídeo y varias fotografías, a parte de los correspondientes partes médicos, para denunciar que la única extralimitación que tuvo lugar ese día fue la atribuible a la policía. Además, en su momento interpusieron también una denuncia contra el operativo por abuso de poder, pero fue desestimada en primera instancia y, tras previo recurso, por la Audiencia Provincial, al entender ambos tribunales que la carga estaba justificada.
La carga estaba justificada...
#4 Hay veces que parece que parece que ya les da igual todo, cualquier día nos encontramos con un "consideran que cargárselos estaba justificado".
Uno de los jóvenes encausados detalla que, en el momento que se produjo la carga policial, los ánimos de los allí presentes, entre los que primaban las personas mayores, niños y miembros de colectivos vecinales, eran de celebración tras la paralización del desahucio. “En ningún momento hubo una actitud amenazante ni agredimos a los policías”, confiesa, “estábamos super contentos y alegres y, de repente, llegó toda la acción policial sin que hubiese un ambiente hostil”.
Hay que ser miserables.