La fortaleza de la demanda y la escasez de producto (con especial impacto en la obra nueva) seguirán marcando el rumbo del mercado residencial español, que en los últimos meses ha dado muestras de su vigor y resiliencia. Esa coyuntura de mayor demanda y reducida oferta se traducirá en un aumento de precios del 5% en 2024 y del 4,7% en 2025. Descontando el impacto de la inflación, el incremento sería del 0,7% y del 1,6%, respectivamente, según las previsiones recogidas en el Observatorio Inmobiliario de BBVA Research.
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