Durante las complejas negociaciones de divorcio entre Londres y Bruselas, siempre hubo tres pilares: evitar frontera dura entre norte y sur de la isla de Irlanda, asegurar un periodo de transición para dar tiempo (sobre todo a los negocios) a adaptarse a la nueva situación y garantizar los derechos de los ciudadanos británicos repartidos por el bloque y de los comunitarios residentes en el Reino Unido. Estos últimos, sin embargo, no tienen tan cubiertos sus derechos como se les prometió.
Comentarios
La verdad es que llevan ya tiempo diciéndonos a todos que regularicemos nuestra situación, algo que te lleva unos minutos desde una app en el teléfono.
¿Primeros casos? Llevan 300 años haciéndolo.
Aquí su derecho a cagar en la calle en Magaluf permanecerá intacto.
#1 aquí, en magaluf, llevan décadas discriminando a los españoles. Nadie hace nada. Y eso sin contar con los no blancos, solo son aceptados como personal de seguridad y punto.