Hace 2 años | Por Andaui a eldiariodelaeducacion.com
Publicado hace 2 años por Andaui a eldiariodelaeducacion.com

Los CRA Río Tajo de Toledo, La Coroña de Ceceda, en Asturias, y Lozoya de Madrid han sido premiados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional por su proyecto ‘La escuela rural como modelo inclusivo y elemento dinamizador de la cultura y el desarrollo del entorno’, que pretende visibilizar y dar voz a los profesores y alumnos del entorno rural.

Comentarios

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>"visibilizar y dar voz"

¿Alguien sabe qué significa esa mierda? La dicen todos los políticos pero no tengo ni idea.

Blackbeard

#1 En este caso ocurre que la legislación, los textos escolares, la didáctica, la pedagogía y cualquier cosa que se relacione con la escuela, toman como única referencia posible el colegio de tipo urbano. Y esto era así incluso cuando la mayoría de los colegios eran rurales. La escuela rural es tan distinta de la urbana en ciertos aspectos que resulta estrambótico tener que adaptar a ella por narices lo que se ha diseñado para la urbana. Reconocer este hecho es dar visibilidad.

Por otro lado los resultados de la rural tienden a ser iguales o mejores que los de la urbana. Y esto a pesar de las dificultades del contexto y la falta de medios que ha sufrido durante la mayor parte de su existencia, tanto cuando las clases estaban repletas como ahora que hay muy pocos niños en los pueblos. El transmitir cómo esto es posible para tratar de aportar mejoras al resto del sistema es dar voz a los que tienen este conocimiento.

Blackbeard

El "sambenito" es que en estas escuelas no se aprende, o se aprende peor y no se socializa como en la escuela completa por haber menos niños. También se oye de vez en cuando que para los maestros la labor de aula es más fácil por tener que atender a un menor número de alumnos. La realidad es exactamente la contraria, objetivamente demostrado una y otra vez a lo largo de las décadas y de la geografía mundial.

Pero los prejuicios siguen ahí, tanto entre la gente de la urbe como la de los pueblos, entre las familias y entre los docentes, y entre la administración y los políticos. En nuestro país se atacó muy duramente a estas escuelas desde los años 60 de manera intencionada con el objetivo de promover la emigración lo más rápido posible hacia las ciudades. Aún hoy aquellas frases que las familias escucharon en boca de inspectores y maestros siguen presentes, son el "sambenito".

Aún no se ha hecho absolutamente nada por reparar el daño que se hizo a la imagen de la escuela rural. Si en España se consigue alguna mejora del problema de la despoblación interior será porque se entiendan los errores del pasado y se corrijan en la medida de lo posible.

Cuento todo esto con conocimiento de causa, como estudioso del tema y como testigo directo de la desaparición de varias escuelas rurales. No faltaban niños, sino que sobraban prejuicios en algunas familias, algunos vecinos y parte de la administración. Sin obviar la presión social que es capaz de ejercer el que emigró y ahora veranea en su localidad de origen.