Hace 8 meses | Por AVilla a hoy.es
Publicado hace 8 meses por AVilla a hoy.es

Aunque se produce muchísima comida cada año, cientos de millones de personas siguen hambrientas o alimentándose de forma deficiente. Las brechas económicas, el cambio climático y las guerras son las culpables

Comentarios

DocendoDiscimus

Sin haber leído el artículo aún: porque el mercado se autoregula

DocendoDiscimus

#2 También.

Sacronte

#1 Me estas diciendo que se tiran cientos de miles de toneladas de comida porque no es rentable? Eso es imposible!

Me hace gracia cuando alguna vez he ido al buffet del dominos pizza, te sobran dos o tres porciones y no te lo puedes llevar, mejor tirarlo, y así con todo, supermercados, restaurantes, explotaciones agricolas ...

DocendoDiscimus

#4 Pienso igual. Entiendo el motivo, pero al final... es una puta lástima que se tire tanta comida.

e

#5 ¿si tiro menos comida a la basura se la envían a quienes lo necesitan? ¿O es un problema de organización y distribución de los alimentos?

DocendoDiscimus

#8 Por eso digo que entiendo el motivo. Es un problema de organización y distribución de los alimentos, algo que tú o yo, no tirando comida, no podemos resolver.

I

#1 ¿Mercado? ¿qué mercado? Si toda la riqueza y el capital están concentrados y monopolizados en manos de unos pocos, ¿qué mercado puede haber? Creo que lo que quieres decir es que es por culpa de esa concentración de la riqueza, es decir, por culpa del capitalismo.

DocendoDiscimus

#11 Viene a ser lo mismo. El capitalismo justifica sus desmanes con la premisa "es que el mercado se autoregula". Aunque es falso, el mercado siempre está controlado por alguien: el estado, los magnates... siempre hay alguien que realmente corta el bacalao.

De sobre población , índice de natalidad en zonas de bajo desarrollo y saturación de recursos nunca se habla.
Que no es lo mismo un planeta para 6 billones que un planeta para 7 billones y así seguimos.

gregoriosamsa

Capitalismo y libre mercado.

No sé. A mí lo que me parece es que esta noticia, al implicar o presuponer que el hambre y la pobreza son cosas malas o negativas, está siendo estigmatizadora y ofensiva hacia todas esas personas, éticas e inteligentes, que, en ejercicio de sus legítimos derechos, consideran que la precariedad y la pobreza son circunstancias estupendas, tan estupendas como para incluso hacer nacer, y criar, a sus propios hijos en ellas, a que sus hijos también les agradezcan esa precariedad y esa pobreza tanto como esas personas progenitoras los agradecen a sus padres.

Y es que el libro de los gustos está en blanco y la convivencia en una sociedad civilizada debe consistir en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, culturas, derechos, preferencias económicas, criterios progenitores y principios éticos de cada cual, aunque puedan ser muy diferentes a los nuestros.

Tan respetable es la persona que no quiere hacer nacer a sus hijos en la pobreza porque está mejor no viendo a sus hijos sufrir la pobreza, como la persona que considera estupendo hacer nacer a sus hijos en la pobreza porque elige considerar que la pobreza es estupenda, o porque quiere pensiones o tiene intereses personales que considere más importantes que el bienestar de sus hijos. Que tú o yo consideremos que la pobreza es horrible para los hijos no quita el derecho a otras personas de considerar lo contrario. Si una persona considera que la pobreza es estupenda y quiere que haya más gente en ella y por eso hace nacer a sus hijos en la pobreza, está en su derecho y no es asunto nuestro.

Además, los pobres ya tienen que sufrir la pobreza. Sería inhumano negarles encima el derecho de ver a sus hijos sufriendo también la pobreza.