Según la tradición, cuando las personas mayores perdían los dientes eran abandonados en la cima del monte Narayama por deseo expreso del Dios de la montaña. Allí se les dejaba morir, en una práctica que recibía el nombre de ubasute. La ley obligaba a los hijos a realizar esta penosa tarea de llevar a sus padres a una muerte segura por el bien de la sociedad
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Si no es voluntaria es asesinato