Los refugiados no tienen derechos. De ahí se deriva que sus teléfonos pueden ser hackeados y sus ordenadores también. Al parecer, esto es lo que ha hecho -legalmente y según The Observer - los funcionarios de la oficina de inmigración británica. En 2013 recibieron poderes para hackear los dispositivos electrónicos de todos los refugiados y peticionarios de asilo que considerasen necesario.
Comentarios
Claro, claro. Como si a sus propios ciudadanos no los espiase también...
#1 Justo iba a decir eso.
Salu2
#1 la diferencia está en la legalidad del hecho