Fotografié los tiques, os los envié y los tiré. Lo mismo con la tarjeta de embarque. Ya dejé atrás mi época Diógenes. Pero, aunque aún los conservara, ¡ni loco os los enviaría por correo postal! ¡Coger el coche, cruzar la ciudad, aparcar, comprar sellos y un sobre y echarlos a un buzón como si estuviésemos en 1986? JA, JA, JA, NI LOCO ????. Si lo piensas, sería el Everest del absurdo incurrir en esa pérdida de tiempo y mover por todo el país y por encima del mar unos papelitos solo porque es la churrigueresca praxis atávica de algún organismo p
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