Los restos restituidos muestran cómo se construyó la calzada hace 2000 años de forma muy similar a las carreteras actuales, con un muro de cimentación lateral de piedras trabadas con barro para reforzar la parte más sensible a las escorrentías derivadas de las lluvias. Después se pavimentó el eje viario mediante un primer nivel de tierra apisonada y sobre él un segundo nivel de cantos (rudus), que también se compactó para soportar el tránsito de personas y carros.
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