El rey Carlos no tendrá que pagar el impuesto de sucesiones sobre el patrimonio del Ducado de Lancaster que heredó de la reina debido a una regla que permite que los activos se transfieran de un soberano a otro. Carlos heredó automáticamente la propiedad, la principal fuente de ingresos del monarca, mientras que su hijo mayor, el príncipe Guillermo, heredó la propiedad del Ducado de Cornualles, valorada en más de mil millones de dólares, de su padre.
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