“No hay malas ideas, solo ideas que no funcionan”. La manida frase que se repite en las escuelas de negocios de todo el mundo puede modificarse en el caso de Tariq Farid a “No hay ideas absurdas, solo gente de poca fe”.
En este país un "alto ejecutivo" pensará que los 10.000 compadres suyos son el único público que existe.
Y va y resulta que existen 15 millones de madres que nadie había visto.
Es lo que pasa siempre, ciertas posiciones de "poder" han llegado ahi no por vision o perspicacia si no que han usado el enchufismo, que pasa en todo el mundo, asi que su criterio no es de lo mejor, no son capaces de valorar ideas porque ellos mismos en si no las tienen ni a prosperado gracias a ellas.
Y también se reían de ese buen hombre, Hitler creo que se llamaba. En realidad se les borró la sonrisa sólo cuando la coña se salió de madre, de qué manera, oiga. Pero lo cierto es que hacían bien en reirse de él, sus ideas eran sumamente imbéciles, y si triunfaron fue única y exclusivamente porque la Cofradía del Mango de la Sartén tuvo la ocurrencia de ponerlo de gracioso y el chimpancé se subió a la chepa.
Comentarios
En este país un "alto ejecutivo" pensará que los 10.000 compadres suyos son el único público que existe.
Y va y resulta que existen 15 millones de madres que nadie había visto.
Esta idea me recuerda esas "tartas" tan de moda hoy en día que se hacen con pañales, para los prepadres y premadres. Pañales sin usar, claro.
#1 Hostias, que susto!!! Hasta que no lei la ultima frase, crei que se referia a panales usados... con el chocolate y todo incorporado.
#5 No no, los panales son de miel, generalmente. Esto es más crudo.
#6 🙀
Es lo que pasa siempre, ciertas posiciones de "poder" han llegado ahi no por vision o perspicacia si no que han usado el enchufismo, que pasa en todo el mundo, asi que su criterio no es de lo mejor, no son capaces de valorar ideas porque ellos mismos en si no las tienen ni a prosperado gracias a ellas.
Y también se reían de ese buen hombre, Hitler creo que se llamaba. En realidad se les borró la sonrisa sólo cuando la coña se salió de madre, de qué manera, oiga. Pero lo cierto es que hacían bien en reirse de él, sus ideas eran sumamente imbéciles, y si triunfaron fue única y exclusivamente porque la Cofradía del Mango de la Sartén tuvo la ocurrencia de ponerlo de gracioso y el chimpancé se subió a la chepa.