Rossana Venturini (1979, Italia) no pudo hacer nada por salvar su vida, cuando el edificio okupado en el que vivía, en Es Viver (Ibiza), fue pasto de las llamas del pasado lunes. No podía correr, ni siquiera moverse. Su pareja le había dejado encadenada a una silla, encerrada en su habitación, en su propia casa, sin más opción que esperar a que regresase y le liberase de un maltrato que llevaba soportando durante más de tres años de relación, pero su maltratador no volvió.
Comentarios
Gracias El Español por el dato. Si hablara solo italiano me daría menos pena.
#1 Bueno, ese dato es interesante porque te dice que la víctima, tenía facilidades para desenvolverse bien sola, algo de interés teniendo en cuenta que la violencia de género suele afectar en mayor medida a mujeres en situación de cierta dependencia.. Y sí que da más pena cuando se trata de una víctima con posiblemente, grandes aspiraciones en su vida
A ver si@mitrofan_oso con la experiencia que tiene en meneame, nos explica a todos por que vota SPAM a esta noticia.