Rusia no quiere más sorpresas. Su forma de mostrarlo es una larga fila de camiones. En varias carreteras del país, cada vehículo se registra hasta el más mínimo detalle, durante el tiempo que las autoridades crean necesario. Lo suficiente, al menos, hasta que puedan estar casi seguros de que ninguno de los camiones transporta drones como los que atacaron varios aeródromos el pasado domingo.
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