Lo cierto es que detrás de una conveniente estrategia de márketing, las Smart Cities no buscan un cambio significativo a las lógicas del sistema neoliberal que han hecho de Santiago una urbe enorme, segregada y desigual. La ciudad inteligente que se nos ofrece brinda soluciones a problemas dudosamente diagnosticados que, a la luz de la utopía tecnológica, esquiva preguntas serias de política pública como las referidas a datos personales y vigilancia.
Comentarios
Pero es una smart city, es muy cool.
entonces habrá que llamarla iSantiago.