Hace 7 años | Por --467468-- a nytimes.com
Publicado hace 7 años por --467468-- a nytimes.com

BAIDOA, Somalia – Primero se secaron los árboles y se quebraron. Luego las cabras se desfallecieron. Y el agua del pozo del pueblo comenzó a desaparecer, volviéndose turbia, luego roja y verde. Pero los aldeanos seguían bebiéndola.. era la única que tenían. Ahora, en una planicie calurosa y pedregosa en las afueras de Baidoa, miles de personas se apretujan en campos de desposeídos, muchos defecan al aire libre y otros ya han muerto por la epidemia de cólera. “Aunque puedas conseguir comida, no hay agua”, dijo Sangabo Moalin, una madre que se

Comentarios

M

África llora.

R

waka waka

HomónimoAnónimo

¿Y el minuto de silencio?
¿Y la cooperación internacional?
Terrible