BAIDOA, Somalia – Primero se secaron los árboles y se quebraron. Luego las cabras se desfallecieron. Y el agua del pozo del pueblo comenzó a desaparecer, volviéndose turbia, luego roja y verde. Pero los aldeanos seguían bebiéndola.. era la única que tenían. Ahora, en una planicie calurosa y pedregosa en las afueras de Baidoa, miles de personas se apretujan en campos de desposeídos, muchos defecan al aire libre y otros ya han muerto por la epidemia de cólera. “Aunque puedas conseguir comida, no hay agua”, dijo Sangabo Moalin, una madre que se
Comentarios
África llora.
waka waka
¿Y el minuto de silencio?
¿Y la cooperación internacional?
Terrible