Lo del periódico era un asunto muy serio. La lectura se establecía por un orden no sé si jerárquico, pero muy estricto. Comenzaba mi padre, le seguía mi hermano mayor y luego mi hermana, que era mayor que mi hermano, pero tenía que soportar las enquistadas ventajas masculinas. Mi madre, eficaz y brillante, aprovechaba los escasos momentos libres. Yo me moría por leer las páginas de deportes, pero era el último mono. Esquivaba el problema como podía. Muy pronto hice una oferta que nadie rechazó, aunque conspiraba contra mi pereza.
Comentarios
Entiendo que haya gente que no lo pueda soportar, pero a mi me encanta leerlo y escucharlo.
"Soy periodista deportivo" es como decir soy gilipollas o algo así.
#4 Para ser un troll estoy demasiadas veces de acuerdo contigo. Debería hacérmelo mirar.
#4 A veces le sigo en la radio, es agradable leerle y escucharle especialmente si no habla de fútbol. Parece un tipo inteligente y de un nivel cultural elevado. Lástima que un perfil así le haya dedicado tanto tiempo de su vida a algo como el fútbol, pero si él lo disfruta y además le ha dado de comer muchos años pues es lo que hay. Otra cosa es que a otros nos sea difícil de entender, pero eso es más bien problema nuestro.
Yo también pasé parte de mi infancia mirando al monte Argalrio al igual que Segurola, gracias por recordármelo.
En muchas casas ocurre que primero lee el periódico el hombre y luego la mujer.
Cuando para conseguir algo, algo tenías que hacer: renunciar a la pereza.
Sesenta pesetas, casi cinco francos.
Los 4 de Liverpool