El pívot texano espera juicio en una celda, que comparte con doce presos, a las afueras de Yakarta. Puede ser condenado a muerte por llevar encima 400 dólares en comestibles (en este caso, osos de gominola) de cannabis. Había recibido esta mercancía ilegal junto a su medicación para la enfermedad de Chron, y fue detenido (en mayo) por una decena de agentes de incógnito.
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