Hace 3 años | Por TribunaVioleta a naiz.eus
Publicado hace 3 años por TribunaVioleta a naiz.eus

Júlia Martí, Gonzalo Fernández, investigadores del Observatorio de Multinacionales en América Latina (Paz con Dignidad-OMAL) - El anuncio sorpresivo del cierre de la planta de Siemens-Gamesa en Aoiz, provocando el despido de 239 trabajadores y trabajadoras, ejemplifica lo vulnerable de la apuesta hegemónica de los gobiernos navarro, vasco y español en favor de poner una alfombra roja al capital exterior... Relacionada: Siemens Gamesa anuncia el cierre de la planta de palas de Aoiz (Navarra)
Hace 3 años | Por --557077-- a elespanol.com
Publicado hace 3 años por --557077--
a elespanol.com

El fabricante eólico Siemens Gamesa ha presentado un comunicado a la CNMV anunciando el cierre de su [...]

Comentarios

ElPerroDeLosCinco

En el mundo globalizado del Siglo XXI, los trabajadores europeos sobramos. Durante el siglo pasado, el sistema capitalista funcionó bien, porque las empresas fabricaban y vendían en su mismo entorno. Así, los salarios de los trabajadores se convertían que consumo, que a su vez generaba demanda, fabricación y empleo. El círculo se cerraba dentro del ámbito de un país y la economía crecía. En el mundo globalizando en que vivimos ahora, una empresa europea puede fabricar en India y vender en Brasil. Los trabajadores europeos le parecen caros y con muchos derechos laborales, y los consumidores europeos encuentran a su vez caros sus productos y eligen los de otros fabricantes. Resultado: que las empresas solo tienen de europeas el nombre y los inversores.

Los trabajadores europeos sobramos.

D

#2 Sobre todo si el producto que se fabrica se vende a países como Brasil, India o China. Como ocurre con muchos productos del sector eólico.


Ahí sí que sobra el obrero europeo

TribunaVioleta

... Máxime en el contexto actual de la profunda crisis que está generando el covid-19, y en el que las grandes empresas están redefiniendo sus estrategias en lógica de despidos, cierres, quiebras y deslocalizaciones. En este sentido, nos tememos que no será ni el último cierre ni el último anuncio de despidos.

Por ello los diferentes ejecutivos deberían poner en cuestión de manera urgente su principal apuesta económica hasta el momento: la internacionalización empresarial, junto a la atracción de inversiones del capital foráneo. A través de estas políticas se ha favorecido la generación de «entornos competitivos», que en la práctica se traducen en rebajas fiscales, contención salarial, ayudas públicas de todo tipo y espacios para la innovación a costa del erario público, a menudo sin ningún tipo de condición para las empresas transnacionales...