Publicado hace 1 año por Desideratum a cincodias.elpais.com

La recurrencia cada vez mayor de fenómenos climatológicos extremos, como la sequía que vive España actualmente, sería motivo suficiente para que el protagonismo de la denominada fiscalidad ambiental fuese mayor del que en realidad es. “Tenemos una situación anómala porque estos impuestos juegan un papel menor”, advierte el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo Xavier Labandeira en referencia al 1,76% del producto interior bruto (PIB) que recaudó en 2021 el Estado en impuestos verdes, respecto al 2,24% de la media europea.