Los otros siete sacerdotes, todos imputados como presuntos encubridores o cooperadores, siguen predicando desde el púlpito con el amparo del prelado granadino. Javier Martínez los protegió desde el principio y promovió a algunos de ellos dándoles las responsabilidades pastorales de los curas suspendidos de sus funciones.
Comentarios
Son sus costumbres y hay que encarcelarlos a todos.
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No seré yo el que diga que una muchedumbre de gente debería agarrarlos en el mismísimo altar, arrastralos fuera de la iglesia y molerlos a palos.
Asi no tiran de la manta...
Son sus costumbres y debemos crucificarlos a todos.
Por que será que los ateos siempre estáis hablando de la iglesia, no tenéis nada mejor que hacer? Dejad en paz a los sirvos de cristo.
#6 ¿En serio?