Estas acciones por las que los ayuntamientos alcanzan, a través de la exaltación de la superstición, hitos de ridículo difícilmente superables, constituyen contribuciones notables al género de la astracanada. Pero, además de mover a chufla y pitorreo (intente leer cualquiera de las dos noticias completas sin reirse), merecen un cuestionamiento serio no sólo de a) La capacidad intelectual de los alcaldes y ediles protagonistas. Sino también de b) La catadura democrática de esos mismos alcaldes y ediles..
Comentarios
Por curiosidad. ¿ha habido algún movimiento de protesta por parte de los vecinos de esas localidades? Porque a mí personalmente me parece una chorrada nombrar alcaldesa perpetua a una muñeca, pero también me parece una chorrada sacar a pasear a unos muñecos por la calle disfrazados de fantasma, y sin embargo hay millones de personas que lo aprueban y hacen.
#1 La diferencia es que una procesión puede ser completamente privada... aunque difícilmente lo son, pero una condecoración oficial se otorga representando a TODOS los ciudadanos, vulnerando sí o sí la obligatoria separación iglesia-estado.
#2 Ya, por eso no he entrado en la legalidad de la medida, sino en el sentido popular o de ridículo, que es totalmente subjetivo.