Un día tendremos que hablar de las reformas legislativas que el Tribunal Supremo ha introducido bajo el manto del acuerdo de pleno para decidir la interpretación.Y nadie les ha votado. No representan a nadie. La falta de control externo de la actuación de la alta magistratura puede dar a un gobierno de las togas. Han pedido la dimisión del presidente de la Sala III, Díez-Picazo, y del amigo que lo nombró, Carlos Lesmes, pero eso no es suficiente. Emprender el saneamiento de nuestro sistema judicial es imprescindible. Sin eso no hay democracia..
|
etiquetas: elisa beni , diez-picazo , lesmes , renovación tribunales y democracia