Hay quien confunde escribir con militar, opinar con militar, y cree estar en paz por decir unas cuantas palabras (cuidadosamente escogidas para no molestar más de la cuenta a quienes mandan). Hay quien cree que sus palabras la salvan, que ese decir suyo, que no es más que una lluvia muy fina, es suficiente, la exime de estar donde las otras se queman. Tenemos miedo al fuego, pero las llamas se extienden y a veces arder es lo único honesto. Tenemos miedo al fuego y ha llegado la hora de perderlo.
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Hay quien confunde escribir con militar, opinar con militar, y cree estar en paz por decir unas cuantas palabras (cuidadosamente escogidas para no molestar más de la cuenta a quienes mandan). Hay quien cree que sus palabras la salvan, que ese decir suyo, que no es más que una lluvia muy fina, es suficiente, la exime de estar donde las otras se queman. Tenemos miedo al fuego, pero las llamas se extienden y a veces arder es lo único honesto. Tenemos miedo al fuego y ha llegado la hora de perderlo.