El desafío es enorme: o construir una nueva alianza nacional-popular democrático-plebeya o terminar en los escombros de una Katacracia (gobierno de mediocres, ya sean neoliberales o de esa socialdemocracia de tercera vía), incapaces de representar los intereses de los “ de abajo” institucionalmente, que a la postre es dónde se decide de verdad.