Hace 9 años | Por calamarte a eldiario.es
Publicado hace 9 años por calamarte a eldiario.es

Sobre la hipocresia de los gobiernos occidentales que llaman terrorismo a la muerte de 21 inocentes en un museo de Túnez pero organizan guerra que multiplican por miles los muertos inocentes en todo el Medio Oriente.

Comentarios

eltxoa

Digiriendo los vómitos: La culpa de que haber sido asesinados en sus vacaciones es de las victimas no de los asesinos. Pensamiento progre típico.

rogerius

#3 ¿Estás diciendo que Rajoy y Morenés son progres? Explícate que no se te entiende.

eltxoa

#4 ¿lo he dicho? ¿dónde?

rogerius

#5 Pareces confuso.

rogerius

#4 Perdón, quería decir Margallo.

mfaustino

Es verdad, los pijos no usan el terrorismo, usan lobbys roll

rogerius

Traducción: «Prácticamente a la misma hora del atentado del Museo del Bardo de Túnez, yo estaba en el Museo de Arte Contemporáneo Mohammed VI de Rabat. Un viaje familiar, un grupo de amigos. También estaba mi hija que tiene nueve años. En Túnez han muerto ventiuna personas y, obviamente, no puedo dejar de pensar que, museo por museo, todo hubiera podido pasar en el que nosotros estábamos. Los muertos hubieran sido otros, puede que nosotros. Con la violencia enloquecida y las injusticias desbocadas, le puede tocar a cualquiera, aunque no sepamos que llevamos papeleta.

Tampoco sabíamos que la llevaban los miles y miles y miles de hombres y mujeres que han muerto en Irak desde que Bush, Aznar y Blair iniciaron aquella guerra injusta e ilegal contra Saddam Hussein ahora hace doce años. Fue justo el veinte de marzo del 2003. Hay cálculos que hablan de más de un millón de muertos. Decenas de miles han sido niños y niñas, muchísimos de nueve años, como los que ahora tiene mi hija.

CUando hace unas semanas, el PP aprobaba aquella miserable cadena perpétua revisable, pensaba que el único español que la podría merecer sería José María Aznar por haber ayudado a desencadenar esta masacre de Irak. Y, ya puestos, el derecho a la revisión la podríamos dejar al puebo iraquí.

Nos dijeron que había unas armas de destrucción masiva que nunca existieron. Aquella excusa era, en realidad, una mentira a medias: las armas de destrucción masiva eran ellos mismos. La foto de las Azores no era de tres estadistas, eran tres criminales de guerra, que es como se llama a los asesinos cobarde que disponen de soldados y están dispuestos a a matar y matar sin correr ningún riesgo. Nos dijeron que se trataba de pacificar la zona, de acabar con el terrorismo, y lo que hicieron fue pegarle una patada a un inmenso avispero y arrasar medio continente.

Su Oriente Medio pacificado es un puñado de países desestabilizados, un fanatismo religioso que avanza sin ningún tipo de contención, más terroristas, mayores facilidades de reclutamiento, ni una sola mejora en los procesos de democratización, infraestucturas vitales destruidas, una ciudadanía (sobre todo las mujeres) que ha vuelto a los derechos y libertades del feudalismo, vidas que no valen ni lo que vale el pedazo de metralla que les vuela los sesos… Doce años después del inicio de aquella guerra hemos de asisitir a cómo se degüellan hombres, mujeres y niños ante las cámaras de televisión un día detrás de otro. Lo que estaba bien está ahora malamente, y lo que estaba mal ahora está mucho peor. La única cosa que ha mejorado son las cuentas corrientes de los tres causantes del desastre.

Como si fuéramos imbéciles, encima, hemos de aguantar a un ministro como Margallo o un presidente como Rajoy, con cara de muy afectados, condenando el asesinato múltiple de Túnez. Y no les podemos llamar hipócritas. Si lo hacemos nos contestan que somos demagogos o amigos de los terroristas. Ellos, que, en su día, contra la legalidad internacional y contra el clamor unánime de las calles de todo el mundo, votaron a favor de la guerra de Irak. Así, no sólo les digo hipócritas sino que los maldigo.

Dicen estar contra el terrorismo, pero es un sucio juego de palabras. ¿Puede estar contra el terrorismo quien vota a favor de la muerte de inocentes? ¿Dónde está la diferencia? En que nosotros los occidentales, Bush o Aznar, decidimos que bombardear Bagdad y matar un millón de civiles se llame guerra en lugar de terrorismo? Eso es trampa. Los ventiún primeros muertos de los ataques aliados contra Irak aquel veinte de marzo del 2003 valían lo mismo que los veintiún muertos de antes de ayer en el Museo del Bardo de Túnez. Seguro que aquel día de hace doce años, tan solo con la primera bomba norteamericana murieron más de veitiuna personas. Es también muy probable que entre ellas alguana fuera un niño de nueve años, como mi hija, con padres, abuelos y amigos y toda una vida por delante que los votos de Rajoy o Margallo ayudaron a cortar. Si tuvieran conciencia, tanta muerte les pesaría, incluso la muerte del matrimonio catalán que ahora lloran.»