Como mis hijas ya son inmunes a mis cantaletas de sabiduría convencional, me imagino que, aunque no les diga una y otra vez que se porten bien, si optan por ser malas perdedoras, a la larga la justicia del recreo prevalecerá y esa justicia sigue siendo la misma que en mi época: los otros niños no van a querer jugar con ellas. Que mi hija vaya a creer realmente que todo es una competencia es algo que tendrá que averiguar por sí misma y sospecho que será un proyecto para toda la vida.
Comentarios
#3 Comparando! Eh? 😅
#4 Y compitiendo.
Todo. Además, la gran figura estudiosa de la psicología evolutiva fue Jean Piaget.
Me quedo con la frase:
“La comparación es el ladrón de la alegría”.
#2 Te votaría positivo pero... ya tienes más karma que yo.